10 agosto 2006
05 agosto 2006
05 mayo 2006
12 noviembre 2005
distinguidos cronopios (-62)
A día de hoy aún me paran por la calle y me preguntan por ti, por tu suerte, por tu paradero, por esa eterna caravana en la que te imaginan viviendo. ¿Qué calles, ciudades, planetas son estos en los que nadie acierta a saber que llevas tantos ¡ay, tantos! años muerto? Eres mi cruz, Django, mi luz y mi sombra, mi asesino, mi hermano.
06 noviembre 2005
marion, indiana (-65)
¿De qué te ríes, necio? Cierra la boca. ¿No ves que por la comisura de los labios se te escapa el odio que te ha teñido todos los dientes de negro?
Eres el raspajo, el cardo, el veneno, el lado más feo del espejo.
Mejor pensado, no cierres la boca. Sigue riendo.
Y tú, el del dedo en alto... ¿Qué se te perdió en las alturas? ¿Nos tienes por ciegos? Vemos la ignominia, el odio, la sinrazón colgando de un árbol. Sabemos de dónde viene la claridad, sabemos de dónde viene la luz.
Y ahora sonreíd. Que vuestros nietos os vean retratados y sobre ellos caiga la vergüenza de teneros por abuelos.
19 octubre 2005
18 octubre 2005
15 octubre 2005
el hilo (-68)
A las cuatro de la mañana sonó el teléfono y era la señora Avelina que llamaba para decirme que Fernando había muerto. Ya en la cama, recordé su andar pausado, su color de tez amarillento, su reticencia a instalarse un teléfono en casa. "Fernando, vive usted solo, nunca se sabe lo que puede pasar." Pasó que se murió, y no llamó para avisar. También pensé que en cuanto se hiciese de día tendría que llamar a todos los músicos para reunir a la banda y rendirle un sentido homenaje, no sin antes oír un silencio, una maldición, una expresión de sorpresa al otro extremo del hilo y luego resignación, nada más que resignación porque si algo está claro es que Fernando ya no arrastrará su andar pausado ni necesitará jamás el teléfono. Lo recordé viniendo a casa a comer los domingos, ya muy viejo. Pensé en cómo sería morir sin dejar una gran hacienda, ni perros que cuidar, ni viuda, ni un triste hijo. Pasado un rato, me venció el sueño.
08 octubre 2005
cuchillos casi vivos (-69)
Al pasar acaricia los trigos, los roza apenas con una mano, una cadera... El suyo es el gesto de quien se sabe ladrona de todo el oro del día, y brilla en sus manos.
En verano me asaltaban las visiones: la de una sirena veraneando en mi bañera, la de mi tío Roberto saltando sobre el tejado con unas alas de pega... me veía a mí mismo en casa, pensando en llamar al afilador que pasaba por la calle con su armónica y sus cuchillos, navajas, tijeras... el afilador.
El afilador, con sus cuchillos casi vivos para cortarse uno las alas o la lengua y enterrarlas en el huerto, ahí, tan a mano.
05 octubre 2005
04 octubre 2005
flashback (-71)
piensa porque de pensar se aprende coloca en la balanza lo que ganas lo que pierdes si vas y por una de ésas no vuelves piensa en janet piensa en papá y mamá piensa en el presidente... ¿y si todo fuese verdad? ¿y si todo hubiese sucedido ya?
30 septiembre 2005
29 septiembre 2005
cortejo (-73)
Dicen que te vieron subir a un camión, caminito de Francia. Aterida de frío, arrebujada en tu manta. Levantada en mitad de la noche, sin tiempo para salvar tu peine ni mis cartas. ¿Les dijiste a los soldados que estabas enferma del corazón, que pensábamos casarnos cuando volviese del frente, que...? Subida a un camión, junto a tu madre y tu hermana. Y mientras, yo perdiendo una guerra... hasta el último aliento perdiendo una guerra, batalla tras batalla.
Fotografía extraída de la página web de la SBHAC
26 septiembre 2005
béla (-74)
Veo surcos manchados de tinta, de sangre, de vino de algún odre reservado solamente para quienes pueden pagar tanto sudor y tan grande sufrimiento derramado en unas gotas. Veo almendras olvidadas en el fondo del plato, en el fondo del vaso un poso de vino, recuerdos de un tiempo en que la cosecha era buena nueva y negocio bien recibido.
25 septiembre 2005
zoltán (-75)
Acaricia las cuerdas. Deja posarse el corazón en cada uno de los pasos con que huellas esta tierra. ¿Ves combarse los cuerpos? ¿Ves el sol caer a plomo? Tus pies no andaban errados: llegaron en época de venenos, de luz, de vendimia. Aquí se quedan. Ahora ve y dile al mundo que ésta y no otra es la música de estas tierras.
23 septiembre 2005
al olor de la tierra (-76)
Se va llenando la tarde de aves de bajo vuelo. Parece que quieran evitar algo con su planear ligero, con su aliento ceñido al suelo. ¿Son acaso sabedoras de la lluvia de verano que se cierne sobre el mundo?
Escucha, ya parece que nos llega. Ya llega la primera lluvia, ya nos llueven las disculpas. Y nosotros, a cielo abierto. Preferimos mojarnos al amparo, al olor de la tierra, al respirar del cielo en sonora turbulencia.
La fotografía es © James C. Richardson
20 septiembre 2005
neil armstrong recuerda desde la luna (-77)
Vuelvo al papel, al amor en la bañera, a la hora de la cena, en la cama, en la nevera. Vuelvo al agua, a la tormenta... Pero esta vez la tormenta está fuera. Esta vez la tormenta está dentro o está fuera, qué más da si ya hemos aprendido a vivir con ella, a cabalgar sobre el rayo, a domesticar las piedras para que no nos caigan en la cabeza. Hemos desaprendido a querer, a no desaparecer, a no empequeñecer porque nos sabemos grandes, pararrayos gigantes de lo que está por venir. Las tareas de la casa eran tan dulces como besarse cuando se hacían a cuatro manos, a otras tantas patas, en la cama, en la bañera, a la hora del desayuno o de la cena...
16 septiembre 2005
o eugénio (-78)
Acuéstese, padre, que hoy ya segó los campos con su abrazo de oro. Esta mañana, temprano como todos los días, nos trajo la alborada temblándole en la palma de las manos. Este día no volverá a repetirse. Esta luz, estas nubes, estos árboles... ¿Será que nos invadió la blancura? ¿Nos poseyó la alegría?
Páseme el pan, padre. Esa será la única miga que robará hoy este pájaro. Siempre huidizo, pero siempre sincero. ¿Leyó el artículo de su amigo António en el diario? Decía que usted había muerto. Y que era el poeta más grande de la lengua portuguesa. Eso yo ya lo sabía, padre, qué quiere que le diga. Son tantos años viéndole navegar sereno, comer siempre la manzana más dulce, recoger la luz del almez... Pero que usted había muerto.
Acuéstese, padre, que ya se pasó la vida segando los campos con su abrazo de oro.
É junho? É setembro?
É um dia
em que estou carregado de ti
ou de frutos,
e tropeço na luz, como um cego,
a procurar-te.
15 septiembre 2005
el hierro y el vino (-79)
13 septiembre 2005
(haciendo tiempo)
(La música que estoy escuchando ahora mismo es ésta. Me apetecía compartirla.)
Shhh. No vayan a despertarme.
Shhh. No vayan a despertarme.
06 septiembre 2005
ausencias (-80)
Un día leías las hojas del árbol, otro día la tierra, el agua en el vaso o adivinabas un accidente en mi mano.
Ojalá pudiese hacer un catálogo de todas las cosas que amamos y tan pronto olvidamos.
La fotografía es © Sebastian Szwajczak
05 septiembre 2005
historias del circo (-81)
¿Puedes sentir todas y cada una de las hojas del árbol moviéndose a un ritmo propio, heredado del aire, robado al viento en invierno, anclado en el tiempo, en la historia, estacionado en el polvo y en la certidumbre de saberse vivo cuando ya tantas veces ha muerto?
El algodón de azúcar descansa en el suelo comido por los insectos.
Sudan los hombres, tensan la lona y se quiebran sus corazones en polvo de mil harinas. Suena la flauta bajo la carpa ligera, brilla el destello del arte certero, acompaña a la vida el sufrido sueño de querer ver vino añejo donde no hay más que caldo rebajado con el agua de la fuente, la engañifa de arrebatar grado al sol que corre a ponerse.
Los aplausos le dan la bienvenida al genio de la acuarela, mágico nuevo reclamo para atraer al público a este mundo de brutos levantacorchos y travestidos embutidos en trajes de carne humana mientras las noches se alargan plagadas de brujas y de aquelarres, de pintores y de horrores de una guerra que no acaba.
Rodeado de tanto cielo que es soledad en la tumba más honda, contemplo los días y especulo con el sentido de lo que fue una vida llena de tanto espectáculo y sencilla estafa a la luz de la luna. Cuento las hojas del árbol en trashumancia mientras escucho el silencio...
04 septiembre 2005
queríamos tanto a astor (-82)
Queríamos tanto a Astor que no nos importó que al irse nos dejase en la boca un regusto a tierra mojada. Era llegar de visita y los niños ya corrían hacia la puerta a besarlo, a abrazarlo, a llenarlo de babas. Y él, tan acostumbrado a tener el bandoneón entre las manos, a moldearlo, a exprimirlo, a toquetearlo, hacía el gesto cansado de abrazar a los niños, de calentar la pava, de cebar el mate, de bebérselo. Sí, pero todo con gesto cansado. Porque a Astor se le veía cansado de tanto jaleo, de tanta camorra, de tanto quilombo. Teresa y yo lo comentábamos. Che, qué loco. Se nos murió de una tormenta de puñales, de un corazoncito frágil, de tanto festejar por los arrabales bandoneón arriba, bandoneón abajo...
Queríamos tanto a Astor que apenas pudimos llorar al saber que dejaba de arrastrar tanto dolor, tanta pena por este mundo cansado.
03 septiembre 2005
ángeles (-83)
Llegó cargada de plumas y atravesadas las alas de cielo y de sangre y de viento y de frío. Llegó cansada del vuelo de días enteros. Las alas, tan suaves, sus plumas de nieve recién caída de un cielo lejano y tostado por el sol de un día preñado de malas noticias.
Llegó cargada de ganas, cortadas las alas, su sexo en un luto profundo...
La fotografía es © Lilya Corneli
02 septiembre 2005
neil armstrong reflexiona antes del lanzamiento (-84)
con tanta chatarra espacial a nadie se le ocurrió pensar que un satélite podía acabar por descalabrarnos sacarnos de órbita matarnos por partes con todo el universo para pasear pero sin nadie por quien llorar esto es muy importante nadie por quien llorar en voz baja porque llorar en voz alta está muy mal visto dame tormenta dame un sombrero pasado de moda dame ambulancia dame una urgencia digo tengo hambre dices tienes hambre digo tengo hambre de luz y sin embargo tantas horas de luz por delante tantos rayos de sol que uno va encontrándose por la calle tantas hojas de árbol o de libros que unos sí otros no nos hacen llorar reaccionar aburrirnos las más de las veces yo a un libro le pido que me haga temblar igual que a un cuchillo le pido que sepa cortar enterrar este fuego
31 agosto 2005
saint-ex (-85)
aviones pequeños motores envueltos en chatarra que nos sobrevuelan aviones de juguete para secuestrar el beso el roce la flor y salir volando hacia otros planetas que nunca existieron todo lo habíamos leído o nos lo habíamos inventado qué más da ya ahora que navegamos rumbo a otros mares he visto rayos de sol prehistorias de sol estrellas fugaces he visto amores fugaces...
28 agosto 2005
naufragios (-86)
Entra. Entra despacio. Necesito tu abrazo. Necesito tu mar como un cascarón su secreta arboladura. Necesito tantas cosas... Un baño helado, un lecho de escamas, un beso de sal. Necesito tu paz, tu boca sagrada, tu experta ternura...
Desarbolada, mi nave se quiebra, hace agua, flojea.
Rosa de los vientos, tan lejos del puerto... ayúdame a naufragar.
La fotografía es © Peter Greenaway
27 agosto 2005
para cara de serpiente (-87)
Elijo vivir. No pienso conformarme con menos. He pasado al otro lado y he visto oscuridad y kilos de tierra que me impedían respirar. He visto el bocado y he probado el sabor de mis dientes clavados en la madera, más tarde en la tierra. Todo sabido. Todo plantado. Segado. Elijo vivir. Podría decir: Miedo a las cadenas. Miedo al amor. Miedo al desamor. Miedo al miedo. Miedo a que la pata que asoma por debajo de la puerta no sea blanca. Miedo a la zarpa. Miedo a perder. Miedo a ganar y no saber retener. Miedo al miedo. Y sin embargo ya nada de esto resulta del todo cierto. Hoy gano un miedo para mañana perder otro miedo mayor.
26 agosto 2005
hechicero (-88)
Brujo. Tu boca te traicionaba y tus dedos lo remendaban. Hechicero, titán, crisol de talentos... ¿Por qué infierno nos trocaste, forjador de luces y sombras? ¿Robaste semillas de fuego en la rueda del sol o le arrebataste en su fragua a Hefesto el calor? Aherrojado, picoteado... en carroña convertido. Finalmente liberado. Ahora tu arrullo me llega suave, limpio, digitalizado. Miles Dewey Davis, ¿dónde moras?
La fotografía es © Jan Persson
25 agosto 2005
cajas de música (-89)
Hasta no vernos más. Resuenan, reverberan sonajeros, cajas de música, panderetas. Dales la vuelta. Hueles a flor, a manzana, a tierra mojada. Hueles a mujer recién levantada. Ahora sí, levanta la tapa y déjate penetrar por tus propias manos sorprendidas que se ponen en marcha. ¿Qué puedes perder? Total, si has de acabar en otra caja. Abre otra caja. Hueles a jabón, a ropa recién planchada... Miento. Hueles a polvo, a sed, a ropa arrugada. Hueles a madera quemada. No des más vueltas, levanta otra tapa. Déjate envolver por la orquesta y baila al ritmo del tiempo que pasa.
24 agosto 2005
arde Coimbra (-90)
Vivíamos acostumbrados al reflejo partido en cientos de reflejos repartidos por toda la casa. En verano ardían los bosques a nuestro alrededor y desde la ventana del salón los contemplábamos maravillados, casi hipnotizados, sin saber que no sólo perdíamos árboles, que también se nos iban las sombras, las hojas, todo rastro de animales y la esperanza de ver llover, crecer o correr agua, hierbas y animales no sé bien en qué orden. De puro seco, el verano acababa agrietándose como las viejas fotografías.
Nunca le dijimos a nadie que nos gustaba jugar con cerillas.
23 agosto 2005
reprise (-91)
Quiero volar. Quiero vivir enredado entre plantas y flores. Quiero perderme en el mar y nadar, navegar, alcanzar otra orilla. Quiero soñar y saber que los sueños se cumplen. Quiero salir, necesito saber que existe la vida, que existe la luz más allá de estas cuatro paredes. Me pesan las alas, me crujen los huesos como si todo mi cuerpo estuviese cuajado de ramas. Me debato entre hacerlo y no hacerlo. Hacerlo. No hacerlo. Hacerlo. No hacerlo es no querer verlo. Tengo una piedra. Tiro la piedra y compruebo que vuela. Compruebo que... se estrella. ¿Qué se puede esperar de una piedra, viento en las velas? Con estas alas de pega...
Tengo una piedra.
Compruebo que vuela.
La fotografía es © Robert & Shana ParkeHarrison
22 agosto 2005
21 agosto 2005
agujeros (-93)
Esta mañana me desperté con agujeros en los bolsillos, en las manos, en la piel, en las plantas de los pies.
Esta mañana me desperté y donde ayer había agujeros hoy había conversación, cariño, dinero... Agujeros en las manos, en la piel, en las plantas de los pies. Regresé de comprar el diario, del café, del paseo y donde esta mañana había necesidad ahora había deseo. En las manos, en la piel...
El comportamiento de estos muñecos tiene algo de revelador, una pizca de sal, un delicado ademán. Donde dije dedos digo muñecos. ¿Dije dedos? Dije agujeros. Digo muñecos, diccionarios, tebeos, fotografías antiguas, viejas películas que me hacen soñar recuerdos en blanco y negro. Agujeros por donde se me van el amor, el cariño, el dinero...
19 agosto 2005
espantapájaros (-94)
Cronometro el silencio. Saco el termómetro y lo dejo escondido entre las piedras. Los grados acuden uno a uno. El mercurio mueve su cuerpo a lo largo del tubo. Extiendo los brazos. Con las palmas vueltas hacia arriba compruebo el peso del aire. Formulo un deseo: que la última estrella de la noche se pose en mi mano. El sol está en lo más alto. Inicio la reverencia. Tengo una varilla de metal que arranqué de un paraguas. A ella acuden todas las tormentas. Tengo una caja de madera donde guardo mis rarezas. Hombre del tiempo, ¿no me traerás hoy una tromba de agua? ¿No me obsequiarás con un rayo de sol? Es todo cuanto necesito para sentirme un poco mejor. A cambio, mantendré en secreto que desvías tormentas para que rieguen tus tierras. Que arrebatas grados al sol para mantener encendida tu hoguera. Que mientes. Que esta noche no es noche de luna llena. Hombre del tiempo, ¿tendrá relación el peso del aire con el peso de mi corazón?
18 agosto 2005
la banda (-95)
En fiestas, por las noches venía la banda a ofrecernos una serenata con sus guitarras de palo, su acordeón, sus panderetas, su contrabajo... qué sé yo. A través de la música se escuchaba el rumor de los pinos, el crujir del maíz, el susurro del arroz cuando el viento movía el agua en los campos inundados: el tiempo de la cosecha había llegado.
Más extractos aquí.
La fotografía es © Elliott Landy
17 agosto 2005
alucinaciones (-96)
No son espigas rumorosas
sobre el verde ondulado, sobre el murmullo y el jadeo
y el chasquido: es un rumor
que me empapa la vida.
sobre el verde ondulado, sobre el murmullo y el jadeo
y el chasquido: es un rumor
que me empapa la vida.
("Alucinación en América", José Hierro)
Casi todas las noches se pasaba Pepe Hierro por casa a charlar un rato, tomar un chato, comentar las cosas del día. Hoy sí y mañana también se sacaba del magín una alucinación, un reportaje...
"Qué cosas tienes, Pepe", le decía yo. Y él, con estrellas en la frente, con la risa ronca de quien sabe que se está fumando la vida y se está riendo de la muerte: "Alucino para olvidar". ¿Olvidar, Pepe? ¿Tus años de cárcel? ¿El frío en los huesos?
"No, la hierba que encima de mí balancea su fresca verdura..."
Decía aquello y se quedaba tan ancho.
Tarde se aprende lo sencillo.
Tarde se encuentra la hermosura. No aquella de los ojos
mortales, la del mundo. No puedo hacer que lo entendáis.
Necesario sería que ahora estuvieseis aquí abajo
y que vieseis a vuestros hijos llegar entre las tumbas,
bajo la lluvia, y dejar su perfume y su presencia
en las tibias, alegres, inmortales
-más hermosas en vuestras manos que las del bosque-
flores de plástico.
("Mis hijos me traen flores de plástico", José Hierro)
Más alucinaciones aquí.
16 agosto 2005
Argelès (-97)
El mar nos trae un rumor de olas, de voces, de caracolas, de la canción que nos arrancaron al llegar igual que nos arrancaron los fusiles, el calor, las maletas de cartón que llevábamos a cuestas antes de venir a naufragar a esta playa. En días claros como el de hoy dan ganas de adentrarse en el mar y alcanzar otras tierras.
Ya estamos en otras tierras.
Sólo nos queda el mar.
Sólo el mar.
15 agosto 2005
allez, allez! (-98)
Los sueños. ¿Adónde huyeron los sueños?
El trigo, la uva, el verde de la aceituna...
Atrás quedaron la metralla, la sangre, la cola del pan...
El trigo, la uva, el verde de la aceituna...
¿Qué pesa más?
Fotografía extraída de la página web de la SBHAC