¿Quién, decidme, quién se acordará de vosotros cuando yo me haya ido, tristes comparsas? ¿Quién rezará por vosotros? ¿Quién os llevará flores cada veinte de julio si fui yo quien robó la huella, domeñó las tormentas, devolvió el águila al nido? Aún no os habéis ido y ya me lo debéis todo.
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