<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d15391187\x26blogName\x3dch%C3%A1ncharras+m%C3%A1ncharras\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dTAN\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://chancharrasmancharras.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://chancharrasmancharras.blogspot.com/\x26vt\x3d6705971752536261144', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

04 septiembre 2005

queríamos tanto a astor (-82)

Queríamos tanto a Astor que no nos importó que al irse nos dejase en la boca un regusto a tierra mojada. Era llegar de visita y los niños ya corrían hacia la puerta a besarlo, a abrazarlo, a llenarlo de babas. Y él, tan acostumbrado a tener el bandoneón entre las manos, a moldearlo, a exprimirlo, a toquetearlo, hacía el gesto cansado de abrazar a los niños, de calentar la pava, de cebar el mate, de bebérselo. Sí, pero todo con gesto cansado. Porque a Astor se le veía cansado de tanto jaleo, de tanta camorra, de tanto quilombo. Teresa y yo lo comentábamos. Che, qué loco. Se nos murió de una tormenta de puñales, de un corazoncito frágil, de tanto festejar por los arrabales bandoneón arriba, bandoneón abajo...
Queríamos tanto a Astor que apenas pudimos llorar al saber que dejaba de arrastrar tanto dolor, tanta pena por este mundo cansado.